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miércoles, 7 de agosto de 2013

MUJERES AMAS DE CASA

En mi país como en muchos otros, existen mujeres amas de casa que siguen el rol tradicional que se asigna a una mujer: cuidar a sus hijos, su esposo y su hogar.


MUJERES AMAS DE CASA


Se entiende que estas mujeres amas de casa se dedican al hogar por decisión propia, ya sea porque así las educaron o porque les parece los más conveniente en ese momento; pero ¿por qué se atribuye a las amas de casa todo el peso del trabajo doméstico, del cuidado y educación de los hijos, de la atención del esposo? y todo las 24 horas del día y los 365 días del año.

La respuesta es sencilla: se atribuye que si el hombre tiene un "trabajo de verdad" (vamos, que sí recibe dinero) y si ella "no hace nada", entonces es justo que ella mantenga limpio el hogar, después de todo alguien tiene que hacerlo. ¿Y por qué ella y no él? ¿Por qué es él quien generalmente tiene un "trabajo de verdad" y no ella? Porque en algún momento de la vida ella dará a luz a los hijos y tendrá que cuidarlos, porque los primeros años de vida los hijos "son uno" con la madre y nadie mejor que ella para cuidarlos. Así que, ya que la mujer se quedará en casa para cuidar a los hijos, pues que de una vez haga la limpieza.

¿Y por qué cuidar al hombre? Fácil: cuando un hombre llega a su casa, después de varias horas de estar "trabajando de verdad", está cansado, y sería un gran gesto de su mujer que la tiene "tan fácil" porque está todo el día en la casa y con todo el tiempo del mundo, que atienda al marido agotado, le de comer, le lleve una bebida, le de masaje en los pies...

Y entonces tenemos varias situaciones nada favorables para las mujeres que deciden ser amas de casa:

a) A pesar de que cargan con todo el trabajo de crianza (que de por sí ya es un trabajo), tienen que hacer las labores domésticas, que también cansan y no sólo eso, sino que también exponen a las mujeres que los realizan. Sí, el trabajo doméstico, como cualquier otro trabajo, tiene sus riesgos: accidentes, torceduras, consecuencias a largo plazo.

b) Aún cuando el trabajo doméstico es extenuante y conlleva riesgos, no hay remuneración ni prestaciones para las amas de casa que lo realizan. Y para quienes se dedican profesionalmente a las labores domésticas por algún pago (y quienes por cierto, también en su mayoría son mujeres), la paga suele miserable porque se dice que no es un trabajo de grandes responsabilidades.

c) Se olvida que una persona tiene vida a parte de su trabajo, que una mujer ama de casa sabe y ve más allá de limpiar los pisos. Y entonces resulta, que no importa si un ama de casa lee el periódico todos los días, está al tanto de las noticias o estudia por las noches, nunca faltará algún imbécil que crea que con ella sólo se puede hablar de niños mocosos (¿por qué la gente siempre usa expresión? y escobas.

La sociedad es hipócrita, por una lado alaba y cuasi diviniza a las amas de casa, porque sabe que sin esa parte no podrían existir individuos que tomaran parte activa en el mundo productivo (lo cual por sí mismo convierte al trabajo de las amas de casa en un trabajo productivo); pero al mismo, se denigra su labor, se considera inferior y se les explota.

Recordemos que mucha de la violencia doméstica, se genera precisamente porque ciertos roles se ven como obligación y no como una elección con objetivos. Se explota a la mujer asignándole la tarea de ama de casa; pero no sólo eso, sino que se le exige que ejecute ese trabajo de cierta manera y bajo ciertos estándares, como por ejemplo no descansar nunca y estar siempre disponible para la familia.

Y para muestra, un estudio realizado en 1989 por Yolanda Corona Caraveo, investigadora de la UAM-Xochimilco. Ella investigó acerca de la visión que tenían los niños respecto al trabajo de sus padres, y descubrió varias cosas:

1.- Los niños, al igual que los adultos, no consideraban que el trabajo de ama de casa fuera equivalente al trabajo de un padre que laboraba fuera del hogar. De hecho, consideraban que el trabajo doméstico no era un trabajo porque no había una paga de por medio y porque tampoco había que salir del hogar para hacerlo.

2.- Para los hijos que tenían madres amas de casa, su trabajo era menos importante que el de su padre que sí trabajaba fuera, porque además de no haber una paga, para poder solventar los gastos diarios la mujer tenía que pedir dinero a su marido.

3.- Los niños consideraron que ser ama de casa no era un trabajo real, porque todos los días se hacían las mismas tareas (había una rutina establecida) y porque ellos mismos participaban de ese trabajo.

4.- Los niños consideraron que nadie elegiría ser ama de casa, sino que las mujeres lo hacían porque eso es lo que les tocaba hacer. Es decir, consideraban al trabajo doméstico no como un trabajo, sino como una obligación.

5.- Aunque todos los niños del estudio dijeron que sería justo que los padres también hicieran trabajo doméstico, cuando se les pidió hacer alguna historia al respecto, ninguno incluyó a los hombres dentro de las tareas domésticas, en cambio sí se les describió haciendo actividades recreativas (cosa que no hacen las mujeres en ninguna de las historias): leer el periódico, descansar en la sala, ver la televisión.

6.- Cuando se les preguntó a los niños, porque no incluyeron en sus historias a padres haciendo trabajo doméstico, una gran mayoría relató que sentían que el padre se sentiría "humillado" si hacía cosas como ir al mandado y lo viera alguno de sus amigos.

¿Y qué pasa cuando una mujer no desea ser ama de casa y prefiere una actividad no doméstica? Se le discrimina: a prácticamente todas las mujeres se les pregunta si tienen familia durante las entrevistas de trabajo, se les pregunta su estado civil, si tienen hijos y quien los cuida, cosa que jamás se le pregunta a un varón.

¿Y qué pasa si un hombre prefiere ser ama de casa en vez de una vida laboral fuera del ámbito doméstico? También se le discrimina: se le insulta, se le dice "mantenido", se le llama "flojo" y "desobligado". Cosa rara, porque cuando sólo hacen una pequeña cosa para "ayudar" en vez de dedicarse a tiempo completo, entonces todos creen que es un marido extraordinario (claro, cambiar un pañal compensa todas las horas que la mujer estuvo lavando trastos, ropa, barriendo el piso, fregando el baño...).

Son pocos los casos en donde realmente se valora el trabajo de ama de casa. Está el ejemplo de aquella chica israelí que durante mucho tiempo fue ama de casa, mientras tenía a su niño pequeño, aunque su aspiración era llegar a ser periodista. Nunca consideró que su tarea fuera menos valiosa, al contrario le daba mucha importancia y su familia lo sabía.

Después, su marido ofreció sacrificar un tiempo de su vida profesional para que ella pudiera concluir sus estudios y poder trabajar también en su profesión, así que durante otro buen rato su esposo cuidaba al hijo y mantenía limpio el hogar, nunca sintió que estaba haciendo una tarea inferior y cuando le preguntaban a qué se dedicaba, él siempre respondía "soy ama de casa", no le daba vergüenza porque estaba consciente de que ese trabajo era importante, tanto que permitía a otros miembros de la familia (en este caso su esposa) poder desarrollarse personalmente.

Y es que ese es el trasfondo del trabajo doméstico que realizan las amas de casa, no sólo es tener la casa limpia, es sacrificar su vida para que otros, los hijos y el marido, puedan desarrollarse y tener éxitos personales. Y esas amas de casa también tienen derecho a tener lo mismo, razón por la cual su trabajo debería ser remunerado, y debería ser una opción temporal para que esas mujeres también puedan crecer, o si no es temporal al menos debería considerarse como un trabajo de medio tiempo y no una labor de 24 horas (ya deberíamos saber que en estos tiempos la esclavitud humana es delito).

Por lo demás, hay quienes dicen que la labor de ama de casa es limitante, que no hablas con nadie y que no hay espacio para la creatividad. Hay que tener cuidado con eso, porque es una verdad a medias y se puede caer en el engaño de discriminar a las amas de casa y creer que son personas limitadas por dedicarse al hogar.

Sí, puede llegar a pasar si se vive esa opción en esclavitud y sin reconocimiento de lo que se hace; pero cuando se dignifica esa tarea, cuando realmente se entiende el valor del trabajo que está realizando esa persona, entonces la propia ama de casa puede construir herramientas para mejorar su trabajo sin tener que vivir esclavizada a él.

A final de cuentas, estar de crianza implica hablar con muchas personas (médicos, psicólogos, maestros, padres y madres de familia) y visitar muchos sitios (museos, bibliotecas, organizaciones). Sí, mucho del trabajo doméstico es mecánico, cansado y aburrido; pero vamos, en todos los trabajos hay cosas que nos gustan y motivan, y partes que nos aburren y nos cansan.

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